Y en el tiempo de su angustia este rey Acaz fue aún más infiel al SEÑOR.
(2 Chronicles 28:22)
Sacrificaba a los dioses de Damasco que lo habían derrotado, y decía: "Por cuanto los dioses de los reyes de Aram los ayudaron, sacrificaré a ellos para que me ayuden." Pero ellos fueron su ruina y la de todo Israel.
(2 Chronicles 28:23)
Además, cuando Acaz recogió los utensilios de la casa de Dios, hizo pedazos los utensilios de la casa de Dios; cerró las puertas de la casa del SEÑOR e hizo para sí altares en cada rincón de Jerusalén.
(2 Chronicles 28:24)
En cada ciudad de Judá hizo lugares altos para quemar incienso a otros dioses, y provocó a ira al SEÑOR, Dios de sus padres.
Los demás hechos de Acaz y todos sus caminos, los primeros y los postreros, están escritos en el Libro de los Reyes de Judá y de Israel.
(2 Chronicles 28:26)
Acaz durmió con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad, en Jerusalén, pues no lo pusieron en los sepulcros de los reyes de Israel. Su hijo Ezequías reinó en su lugar.
(2 Chronicles 28:27)
Ezequías comenzó a reinar cuando tenía veinticinco años, y reinó veintinueve años en Jerusalén. El nombre de su madre era Abías, hija de Zacarías.
(2 Chronicles 29:1)
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Además quemó incienso en el Valle de Ben Hinom, e hizo pasar a sus hijos por el fuego, conforme a las abominaciones de las naciones que el SEÑOR había arrojado de delante de los Israelitas.
(2 Chronicles 28:3)