Nueva Biblia Latinoamericana
Y los puso bajo custodia en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel, en el mismo lugar donde José estaba preso. (Genesis 40:3)
El capitán de la guardia se los asignó a José, y él les servía. Allí estuvieron bajo custodia por algún tiempo. (Genesis 40:4)
Entonces el copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban encerrados en la cárcel, tuvieron ambos un sueño en una misma noche, cada uno su propio sueño, y cada sueño con su propia interpretación. (Genesis 40:5)
Cuando José vino a ellos por la mañana y los observó, vio que estaban decaídos.
Y preguntó a los oficiales de Faraón que estaban con él bajo custodia en casa de su señor: "¿Por qué están sus rostros tan tristes hoy?" (Genesis 40:7)
Y ellos le respondieron: "Hemos tenido un sueño y no hay nadie que lo interprete." Entonces les dijo José, "¿No pertenecen a Dios las interpretaciones? Les ruego que me lo cuenten." (Genesis 40:8)
Contó, pues, el jefe de los coperos su sueño a José, y le dijo: "En mi sueño, vi que había una vid delante de mí, (Genesis 40:9)

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Genesis 40:6 - Cross Reference

En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, éste tuvo sueños, y se turbó su espíritu y no podía dormir. (Daniel 2:1)
Entonces el rostro del rey palideció, y sus pensamientos lo turbaron, las coyunturas de sus caderas se le relajaron y sus rodillas comenzaron a chocar una contra otra. (Daniel 5:6)
Tuve un sueño que me hizo temblar; y estas fantasías, estando en mi cama, y las visiones de mi mente me aterraron. (Daniel 4:5)
Yo, Daniel, me sentí agotado y enfermo algunos días. Después me levanté y atendí los asuntos del rey; pero yo estaba espantado a causa de la visión, y no había nadie que la interpretara. (Daniel 8:27)
Y por la mañana su espíritu estaba turbado, y mandó llamar a todos los magos (sacerdotes adivinos), y a todos sus sabios de Egipto. Faraón les contó sus sueños, pero no hubo quien se los pudiera interpretar a Faraón. (Genesis 41:8)
Y ellos le respondieron: "Hemos tenido un sueño y no hay nadie que lo interprete." Entonces les dijo José, "¿No pertenecen a Dios las interpretaciones? Les ruego que me lo cuenten." (Genesis 40:8)
Hasta aquí la revelación. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me turbaron en gran manera y mi rostro palideció, pero guardé el asunto en mi corazón." (Daniel 7:28)