Nueva Biblia Latinoamericana
Tú dijiste: 'He derrotado a Edom'; y tu corazón se ha envanecido para gloriarte. Quédate ahora en tu casa; ¿por qué quieres provocar el mal, de modo que caigas tú y Judá contigo?" (2 Chronicles 25:19)
Pero Amasías no quiso escuchar, porque esto venía de Dios, para entregarlo en mano de Joás, porque había buscado los dioses de Edom. (2 Chronicles 25:20)
Subió Joás, rey de Israel, y él y Amasías, rey de Judá, se enfrentaron en Bet Semes, que pertenece a Judá. (2 Chronicles 25:21)
Y Judá fue derrotado por Israel, y huyeron, cada uno a su tienda.
Entonces Joás, rey de Israel, capturó en Bet Semes a Amasías, rey de Judá, hijo de Joás, hijo de Joacaz, y lo llevó a Jerusalén; y derribó la muralla de Jerusalén desde la Puerta de Efraín hasta la Puerta del Angulo, 180 metros. (2 Chronicles 25:23)
Joás tomó todo el oro y la plata, todos los utensilios que se encontraban con Obed Edom en la casa de Dios, los tesoros de la casa del rey y también los rehenes, y se volvió a Samaria. (2 Chronicles 25:24)
Y Amasías, hijo de Joás, rey de Judá, vivió quince años después de la muerte de Joás, hijo de Joacaz, rey de Israel. (2 Chronicles 25:25)

Other publications related to "2 Chronicles 25:22":

Dr. Roberto Miranda
From crisis to blessing
Learn from King Jehoshaphats example and seek the Lords guidance through prayer and fasting in times of crisis. Remember the things God has done and gather with your Christian community for support and unity.


Samuel Acevedo
Pride and ambition are two different things.
The story of King Uzziah in Second Chronicles 26 teaches us about the dangers of pride and ambition, and the importance of heeding warnings and being sensitive to Gods nudges. This article explores the consequences of Uzziahs pride, and the lessons we can learn from his story.


2 Chronicles 25:22 - Cross Reference

A la puesta del sol, pasó un grito por el ejército que decía: "Cada hombre a su ciudad y cada uno a su tierra." (1 Kings 22:36)
Los Filisteos pelearon, Israel fue derrotado y cada cual huyó a su tienda; la mortandad fue muy grande, pues de Israel cayeron 30,000 soldados de a pie. (1 Samuel 4:10)
Por lo cual el SEÑOR su Dios lo entregó en manos del rey de los Arameos, que lo derrotaron, tomaron de él gran número de cautivos y los llevaron a Damasco. Y también él fue entregado en manos del rey de Israel, el cual lo hirió con gran mortandad. (2 Chronicles 28:5)