Cuando Judá se volvió, vieron que eran atacados por delante y por detrás. Clamaron, pues, al SEÑOR, y los sacerdotes tocaron las trompetas.
(2 Chronicles 13:14)Entonces los hombres de Judá lanzaron el grito de guerra; y mientras los hombres de Judá lanzaban el grito de guerra, Dios hirió a Jeroboam y a todo Israel delante de Abías y de Judá.
(2 Chronicles 13:15)Cuando los Israelitas huyeron delante de Judá, Dios los entregó en sus manos.
(2 Chronicles 13:16)Abías y su gente los derrotaron con una gran matanza, y cayeron muertos 500,000 hombres escogidos de Israel.
Así fueron humillados los Israelitas en aquel tiempo, y los hijos de Judá prevalecieron porque se apoyaron en el SEÑOR, Dios de sus padres.
(2 Chronicles 13:18)Abías persiguió a Jeroboam, y le tomó varias ciudades: Betel (Casa de Dios) con sus aldeas, Jesana con sus aldeas y Efraín con sus aldeas.
(2 Chronicles 13:19)Jeroboam no volvió a recuperar poder en los días de Abías; y el SEÑOR lo hirió y murió.
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2 Chronicles 13:17 - Cross Reference
Y salió el ángel del SEÑOR e hirió a 185,000 en el campamento de los Asirios. Cuando los demás se levantaron por la mañana, vieron que todos eran cadáveres.
(Isaiah 37:36)Abías comenzó la batalla con un ejército de valientes guerreros, 400,000 hombres escogidos, mientras que Jeroboam se puso en orden de batalla contra él con 800,000 hombres escogidos, valientes y fuertes.
(2 Chronicles 13:3)Por eso el Señor, DIOS de los ejércitos, enviará una enfermedad extenuante entre sus robustos guerreros; Y debajo de su gloria encenderá una hoguera como fuego abrasador.
(Isaiah 10:16)Los montes tiemblan ante El, Y los collados se derriten. Sí, en Su presencia se levanta la tierra, El mundo y todos los que en él habitan.
(Nahum 1:5)Así que Dios está con nosotros a la cabeza, y Sus sacerdotes con las trompetas de aviso para tocar la alarma contra ustedes. ¡Oh Israelitas!, no luchen contra el SEÑOR, Dios de sus padres, porque nada lograrán."
(2 Chronicles 13:12)Porque Peka, hijo de Remalías, mató en Judá a 120,000 en un día, todos hombres valientes, porque habían abandonado al SEÑOR, Dios de sus padres.
(2 Chronicles 28:6)