Entonces el rey Roboam envió a Adoram, que estaba a cargo de los trabajos forzados, pero los Israelitas lo mataron a pedradas; y el rey Roboam se apresuró a subir a su carro para huir a Jerusalén.
(2 Chronicles 10:18)Cuando Roboam llegó a Jerusalén, reunió la casa de Judá y Benjamín, 180,000 hombres, guerreros escogidos, para pelear contra Israel y restituir el reino a Roboam.
(2 Chronicles 11:1)Pero la palabra del SEÑOR vino a Semaías, hombre de Dios, diciendo:
Habla a Roboam, hijo de Salomón, rey de Judá, y a todo Israel en Judá y Benjamín, diciéndoles:
(2 Chronicles 11:3)Así dice el SEÑOR: "No subirán ni pelearán contra sus hermanos; vuelva cada uno a su casa, porque de Mí ha venido esto."'" Y ellos escucharon las palabras del SEÑOR y desistieron de ir contra Jeroboam.
(2 Chronicles 11:4)Y Roboam habitó en Jerusalén, y edificó ciudades para defensa en Judá.
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Esta es la bendición con la que Moisés, hombre de Dios, bendijo a los Israelitas antes de morir.
(Deuteronomy 33:1)Pero la palabra de Dios vino a Semaías, hombre de Dios, diciendo:
(1 Kings 12:22)Los hechos de Roboam, los primeros y los postreros, ¿no están escritos en los libros del profeta Semaías y del vidente Iddo, conforme al registro genealógico? Hubo guerras continuamente entre Roboam y Jeroboam.
(2 Chronicles 12:15)Y conforme a las ordenanzas de su padre David, designó las clases sacerdotales en sus servicios, a los Levitas en sus deberes de alabar y ministrar delante de los sacerdotes según lo prescrito para cada día y a los porteros por sus clases para cada puerta; porque así lo había ordenado David, hombre de Dios.
(2 Chronicles 8:14)Entonces un hombre de Dios vino a Elí y le dijo: "Así dice el SEÑOR: '¿No me revelé ciertamente a la casa de tu padre cuando ellos estaban en Egipto como esclavos de la casa de Faraón?
(1 Samuel 2:27)Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad.
(1 Timothy 6:11)Entonces el profeta Semaías vino a Roboam y a los príncipes de Judá que se habían reunido en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo: "Así dice el SEÑOR: 'Ustedes me han abandonado, por eso también Yo los abandono en manos de Sisac.'"
(2 Chronicles 12:5)