Ahora, oh SEÑOR Dios, Tu promesa a mi padre David se ha cumplido, porque me has hecho rey sobre un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra.
(2 Chronicles 1:9)
Dame ahora sabiduría y conocimiento, para que pueda salir y entrar delante de este pueblo; porque, ¿quién podrá juzgar a este pueblo Tuyo tan grande?"
(2 Chronicles 1:10)
Y dijo Dios a Salomón: "Por cuanto esto estaba en tu corazón, y no has pedido riquezas, ni bienes, ni gloria, ni la vida de los que te odian, ni aun has pedido larga vida, sino que has pedido para ti sabiduría y conocimiento para poder gobernar a Mi pueblo sobre el cual te he hecho rey,
(2 Chronicles 1:11)
sabiduría y conocimiento te han sido concedidos. También te daré riquezas y bienes y gloria, tales como no las tuvieron ninguno de los reyes que fueron antes de ti, ni los que vendrán después de ti."
Salomón salió del lugar alto que estaba en Gabaón, de la tienda de reunión, a Jerusalén, y reinó sobre Israel.
(2 Chronicles 1:13)
Y Salomón juntó carros y hombres de a caballo; y tenía 1,400 carros y 12,000 hombres de a caballo, y los puso en las ciudades de los carros, y en Jerusalén, junto al rey.
(2 Chronicles 1:14)
El rey hizo la plata y el oro tan común en Jerusalén como las piedras, e hizo los cedros tan abundantes como los sicómoros en el llano.
(2 Chronicles 1:15)
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2 Chronicles 1:12 - Cross Reference
Me engrandecí y superé a todos los que me precedieron en Jerusalén; también la sabiduría permaneció conmigo.
(Ecclesiastes 2:9)
Así el rey Salomón llegó a ser más grande que todos los reyes de la tierra en riqueza y sabiduría.
(2 Chronicles 9:22)
El SEÑOR engrandeció en gran manera a Salomón ante los ojos de todo Israel, y le dio un reinado glorioso como nunca había tenido ningún rey en Israel antes de él.
(1 Chronicles 29:25)
Pero busquen primero Su reino y Su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.
(Matthew 6:33)
Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
(James 1:5)
Y a Aquél que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros,
(Ephesians 3:20)