Nueva Biblia Latinoamericana
Los hijos de Ulam eran hombres fuertes de gran valor, arqueros, y tuvieron muchos hijos y nietos, 150 en total. Todos éstos fueron de los hijos de Benjamín. (1 Chronicles 8:40)
Todo Israel fue inscrito por genealogías; y están escritos en el Libro de los Reyes de Israel. Y Judá fue llevado al destierro a Babilonia por su infidelidad. (1 Chronicles 9:1)
Los primeros que habitaron en sus posesiones en sus ciudades fueron Israel (Israelitas), los sacerdotes, los Levitas y los sirvientes del templo. (1 Chronicles 9:2)
Algunos de los hijos de Judá, de los hijos de Benjamín, y de los hijos de Efraín y Manasés habitaron en Jerusalén:
Utai, hijo de Amiud, hijo de Omri, hijo de Imri, hijo de Bani, de los hijos de Pérez, hijo de Judá. (1 Chronicles 9:4)
De los Silonitas: Asaías el primogénito, y sus hijos. (1 Chronicles 9:5)
De los hijos de Zera: Jeuel y sus parientes: 690 de ellos. (1 Chronicles 9:6)

Other publications related to "1 Chronicles 9:3":

Faustino de Jesús Zamora Vargas
This time I will praise the Lord
An article about the transformation of Jacob, the meaning of the name Judah and the importance of praising and glorifying God while fighting against plastic evangelism.


Faustino de Jesús Zamora Vargas
Levites of the Living Christ
An article discussing the role of the Levites in serving the Lord and their significance in the church today.


1 Chronicles 9:3 - Cross Reference

No obstante, algunos hombres de Aser, de Manasés y de Zabulón se humillaron y vinieron a Jerusalén. (2 Chronicles 30:11)
Algunos de los hijos de Judá y algunos de los hijos de Benjamín habitaron en Jerusalén): De los hijos de Judá: Ataías, hijo de Uzías, hijo de Zacarías, hijo de Amarías, hijo de Sefatías, hijo de Mahalaleel, de los hijos de Fares, (Nehemiah 11:4)
Los jefes del pueblo habitaron en Jerusalén, pero el resto del pueblo echó suertes a fin de traer uno de cada diez para que habitara en Jerusalén, la ciudad santa, mientras los otros nueve se quedarían en las otras ciudades. (Nehemiah 11:1)
Aquéllos de entre todas las tribus de Israel que habían resuelto en su corazón buscar al SEÑOR, Dios de Israel, los siguieron a Jerusalén para sacrificar al SEÑOR, Dios de sus padres. (2 Chronicles 11:16)