Nueva Biblia Latinoamericana
El Verbo (La Palabra) se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito (único) del Padre, lleno de gracia y de verdad. (Juan 1:14)
Juan dio testimonio de El y clamó: "Este era del que yo decía: 'El que viene después de mí, es antes de mí (tiene un rango más elevado que yo), porque era primero que yo.'" (Juan 1:15)
Pues de Su plenitud todos hemos recibido, y gracia sobre gracia. (Juan 1:16)
Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad fueron hechas realidad por medio de Jesucristo (Jesús el Mesías).
Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, El Lo ha dado a conocer. (Juan 1:18)
Este es el testimonio de Juan, cuando los Judíos enviaron sacerdotes y Levitas de Jerusalén (Ciudad de Paz) a preguntarle: "¿Quién eres tú?" (Juan 1:19)
Y él confesó y no negó, pero confesó: "Yo no soy el Cristo (el Mesías)." (Juan 1:20)

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Juan 1:17 - Referencia Cruzada

Lo que digo es esto: la Ley, que vino 430 años más tarde, no invalida un pacto ratificado anteriormente por Dios, como para anular la promesa. (Gálatas 3:17)
Pondré enemistad Entre tú y la mujer, Y entre tu simiente y su simiente; él te herirá en la cabeza, Y tú lo herirás en el talón." (Génesis 3:15)
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, Porque nos ha visitado y ha traído redención para Su pueblo, (Lucas 1:68)
Porque es imposible que la sangre de toros y de machos cabríos quite los pecados. (Hebreos 10:4)
No piensen que Yo los acusaré delante del Padre; el que los acusa es Moisés, en quien ustedes han puesto su esperanza. (Juan 5:45)
Porque reprochándolos, El dice: "MIREN QUE VIENEN DIAS, DICE EL SEÑOR, EN QUE ESTABLECERE UN NUEVO PACTO CON LA CASA DE ISRAEL Y CON LA CASA DE JUDA; (Hebreos 8:8)
Una ley nos dio Moisés, Una herencia para la asamblea de Jacob. (Deuteronomio 33:4)
Y todos éstos, habiendo obtenido aprobación (testimonio) por su fe, no recibieron la promesa, (Hebreos 11:39)
Jesús le dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por Mí. (Juan 14:6)
Moisés fue fiel en toda la casa de Dios como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir más tarde. (Hebreos 3:5)
y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres." (Juan 8:32)
Porque el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, pues no están bajo la ley sino bajo la gracia. (Romanos 6:14)
Otorgarás a Jacob la verdad (fidelidad) Y a Abraham la misericordia, Las cuales juraste a nuestros padres Desde los días de antaño. (Miqueas 7:20)
Porque todos los que son de las obras de la Ley están bajo maldición, pues escrito está: "MALDITO TODO EL QUE NO PERMANECE EN TODAS LAS COSAS ESCRITAS EN EL LIBRO DE LA LEY, PARA HACERLAS." (Gálatas 3:10)
La Ley se introdujo para que abundara la transgresión, pero donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia, (Romanos 5:20)
Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, de tal manera que los Israelitas no podían fijar la vista en el rostro de Moisés por causa de la gloria de su rostro, la cual se desvanecía, (2 Corintios 3:7)
Ahora bien, sabemos que cuanto dice la Ley, lo dice a los que están bajo la Ley, para que toda boca se calle y todo el mundo sea hecho responsable ante Dios. (Romanos 3:19)
Masquil de Etán el Ezraíta. Por siempre cantaré de las misericordias del SEÑOR; Con mi boca daré a conocer Tu fidelidad a todas las generaciones. (Salmos 89:1)
Se ha acordado de Su misericordia y de Su fidelidad para con la casa de Israel; Todos los términos de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios. (Salmos 98:3)
En tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, porque tú has obedecido Mi voz." (Génesis 22:18)
Entonces llamó Moisés a todo Israel y les dijo: "Oye, oh Israel, los estatutos y ordenanzas que hablo hoy a oídos de ustedes, para que los aprendan y pongan por obra. (Deuteronomio 5:1)
Este es el que estaba en la congregación en el desierto junto con el ángel que le hablaba en el Monte Sinaí, y con nuestros padres, y el que recibió palabras de vida (oráculos divinos) para transmitirlas a ustedes, (Hechos 7:38)
Esta es, pues, la ley que Moisés puso delante de los Israelitas. (Deuteronomio 4:44)
Nosotros sabemos que Dios habló a Moisés, pero en cuanto a Este, no sabemos de dónde es." (Juan 9:29)
Ha ayudado a Israel, Su siervo, Para recuerdo de Su misericordia (Lucas 1:54)
Y habiéndole fijado un día, vinieron en gran número adonde él se alojaba. Desde la mañana hasta la tarde les explicaba testificando fielmente sobre el reino de Dios, procurando persuadirlos acerca de Jesús, tanto por la Ley de Moisés como por los Profetas. (Hechos 28:23)
La misericordia y la verdad se han encontrado, La justicia y la paz se han besado. (Salmos 85:10)
Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos. (Apocalipsis 5:8)
El Verbo (La Palabra) se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito (único) del Padre, lleno de gracia y de verdad. (Juan 1:14)
¿No les dio Moisés la Ley, y sin embargo ninguno de ustedes la cumple? ¿Por qué Me quieren matar?" (Juan 7:19)
Entonces Dios habló todas estas palabras diciendo: (Éxodo 20:1)
Pues tantas como sean las promesas de Dios, en El todas son sí. Por eso también por medio de El, es nuestro Amén (así sea), para la gloria de Dios por medio de nosotros. (2 Corintios 1:20)
Después de esto miré, y vi una gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos, y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en las manos. (Apocalipsis 7:9)
Pues les digo que Cristo se hizo servidor de la circuncisión para demostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas dadas a los padres, (Romanos 15:8)
Y en cuanto a que Lo resucitó de entre los muertos para nunca más volver a corrupción, Dios ha hablado de esta manera: 'LES DARE LAS misericordias SANTAS y FIELES prometidas A DAVID.' (Hechos 13:34)
Y según la Ley, casi todo ha de ser purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón. (Hebreos 9:22)