Nueva Biblia Latinoamericana
Yendo un poco más adelante, Jesús vio a Jacobo (Santiago), el hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, los cuales estaban también en la barca, remendando las redes. (Marcus 1:19)
Al instante los llamó; y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron con Jesús. (Marcus 1:20)
Entraron en Capernaúm; y enseguida, en el día de reposo, Jesús entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. (Marcus 1:21)
Y se admiraban de Su enseñanza; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
En ese momento estaba en la sinagoga de ellos un hombre con un espíritu inmundo, el cual comenzó a gritar: (Marcus 1:23)
¿Qué tienes que ver con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quien Tú eres: el Santo de Dios." (Marcus 1:24)
Jesús lo reprendió, diciendo: "¡Cállate, y sal de él!" (Marcus 1:25)

Otras publicaciones relacionadas con "Marcus 1:22":

Dr. Roberto Miranda
Jesús, mayor que Moisés y la Ley
En este artículo se explora la presentación de Jesús como el centro de la enseñanza en Juan 5, confrontando el sistema religioso y presentándolo como la fundación de la salvación y la vida eterna. Se destaca la importancia de tener una relación personal con Cristo y de enfocarse en enamorarse de él en lugar de la iglesia, así como de aceptarlo como salvador para pasar de muerte a vida.


Dr. Roberto Miranda
Dios quiere trabajar contigo y con tus recursos
En este artículo, el Dr. Roberto Miranda reflexiona sobre cómo Dios quiere trabajar con nosotros y usar nuestros recursos para alcanzar a la multitud necesitada de su amor y sanidad. Si seguimos a Jesucristo, debemos estar dispuestos a entregarnos por completo a sus propósitos y servir a los demás.


Marcus 1:22 - Referencia Cruzada

Y llegando a Su pueblo, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban y decían: "¿Dónde obtuvo Este tal sabiduría y estos poderes milagrosos? (Mateo 13:54)
Todos se admiraban de Su enseñanza porque Su mensaje (palabra) era con autoridad. (Lucas 4:32)
porque Yo les daré a ustedes palabras y sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir. (Lucas 21:15)
Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba. (Hechos 6:10)
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir (juzgar) los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4:12)
Cuando Jesús terminó estas palabras, las multitudes se admiraban de Su enseñanza; (Mateo 7:28)
Los guardias respondieron: "¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre habla!" (Juan 7:46)
(Porque los Fariseos y todos los Judíos no comen a menos de que se laven las manos cuidadosamente, observando así la tradición de los ancianos. (Marcus 7:3)
¡Ay de ustedes, guías ciegos! Porque dicen: 'No es nada si alguien jura por el templo; pero el que jura por el oro del templo, contrae obligación.' (Mateo 23:16)
Y todos los que lo escuchaban estaban asombrados y decían: "¿No es éste el que en Jerusalén destruía a los que invocaban este nombre, y el que había venido aquí con este propósito: para llevarlos atados ante los principales sacerdotes?" (Hechos 9:21)
¿No es Mi palabra como fuego," declara el SEÑOR, "y como martillo que despedaza la roca?" (Jeremías 23:29)
Más bien hemos renunciado a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino que, mediante la manifestación de la verdad, nos recomendamos a la conciencia de todo hombre en la presencia de Dios. (2 Corintios 4:2)