La inmigración y la renovación de lo sagrado
Dr. Roberto MirandaParte 16 - [22 de marzo 2009] Esta cultura anglosajona que se ha alejado de sus orígenes espirituales, buscando hacer de la ciencia, el arte y la ética su nueva religión, que se empecina en sumir sus fundamentos cristianos en un ansia de pluralismo y experimentación social, palidece y decae por comer diariamente ese pan racional estéril que en última instancia no alimenta el alma. Necesita desesperadamente de la vitalidad y calor que sólo pueden aportarle culturas más humildes como las nuestras. Estas culturas latinoamericanas todavía están conectadas con la tierra, el cielo y el infierno por medio de sus mitos y creencias religiosas. Irónicamente, son enriquecidas por la pobreza, el sufrimiento y el atraso intelectual. Su dolor de siglos produce gente noble y sacrificada, con un entendimiento instintivo de lo sagrado y lo misterioso. Llegan a este país cargando resignadamente con sus santos, sus vírgenes y sus rituales mientras cruzan las fronteras en busca de su propio destino.
Cada día se dan innumerables transacciones en este país entre los miembros de estos dos mundos: Se cruzan las sangres en matrimonio; se establecen nuevas amistades en las escuelas y universidades; vecindarios homogéneos se ven forzados a interactuar con gente de costumbres y lenguaje desconocido. Se visitan nuevos restaurantes y se adquieren nuevas comidas y nuevas especies: combinaciones y permutaciones de un proceso evolucionario que mezcla lo moderno con lo milenial, la razón con lo primitivo; ingeniería espiritual que renueva la sagrado y preserva el Misterio en una cultura.