Amparados bajo la sombra de Dios
Nancy G. MarquezEs confortador saber que tenemos un lugar donde refugiarnos mientras los quebrantos están acosando nuestra alma. El Salmista David estaba atravesando por quebrantos; su vida estaba en peligro. Tal era la magnitud que David afirma (v.4) “mi vida está entre leones”, queriendo decir que estaba como entre fieras que querían devorar su alma, y él se encontraba indefenso y sin escapatoria. En otras palabras, como fieras feroces se habían levantado en su contra los enemigos, las situaciones, los problemas, que se agolpaban alrededor de él listos para devorar su fe. Esto causa quebranto de corazón, en especial cuando los que se levantan en contra nuestra, son perseguidores sin misericordia y sin compasión.
Es en esos momentos que el Salmista David, alzó su fe hacia Dios y comenzó rogando por Su misericordia. Esa misericordia que se renueva cada mañana sobre nuestras vidas (Lamentaciones 3:23). Luego David hace una declaración de confianza en Dios y por último, declara que se ampararía en la sombra de Sus alas hasta que pasaran esos quebrantos o momentos difíciles. Esto nos recuerda la imagen del Salmo 91: 1 "El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente". Solo esa persona puede decir “tu eres mi esperanza y mi castillo, mi Dios en quien confío” (Sal. 91:2 versión antigua).
Cuando nos encontremos entre “leones”, acosados por las fieras – problemas, situaciones, tentaciones – que se agolpan a nuestro alrededor para destruir nuestra fe y confianza en Dios, hagamos como el Salmista y reconozcamos que necesitamos refugiarnos en Dios en esos momentos.