No rechaces el don de Dios
Gregory BishopRESUMEN:
El don de Dios a veces viene en formas poco atractivas, pero no debemos rechazarlo por eso. Debemos discernir en el Espíritu y buscar la edificación en todas las manifestaciones de los dones. Además, como Timoteo, debemos avivar el fuego del don de Dios en nuestras vidas y jugar una parte activa en su manifestación. Dios no lo hace todo por nosotros.
En resumen, para experimentar los dones de Dios en nuestras vidas, debemos estar dispuestos a juzgar y discernir su presencia y trabajar activamente en ellos por fe. A veces, los dones se manifestarán de manera imperfecta y humilde, pero debemos persistir y ejercitarlos hasta que se manifiesten en todo su poder y perfección. No debemos dejar que el miedo o la complejidad nos impidan entrar en interacción con el don de Dios. Además, debemos estar dispuestos a descender de nuestras expectativas y aceptar la forma en que Dios quiere trabajar en nosotros, incluso si no es lo que esperábamos.
No debemos rechazar el don que Dios nos ha dado debido a su imperfección en su manifestación. Debemos humillarnos y ejercitar el don, sin dejar que el temor o la complejidad nos detenga. Debemos comenzar con lo que tenemos a mano y pedir a Dios que perfeccione nuestra unción. Debemos recibir y usar el don humildemente, como niños, y dejar que Dios nos dirija en su uso. Debemos ser una iglesia que se mueve en los dones de Dios y avivar el fuego del don que está en nosotros. No rechacemos el don.Segunda de Timoteo capítulo 1. Ya el Señor nos habló de este versículo en el tiempo profético que tuvimos aquí. Y yo siento que todo lo que hemos escuchado en términos de palabra profética está completamente en unión a la Palabra que Dios me ha dado para que comparta. Ahí en Segunda de Timoteo Capítulo 1 versículos 6 y 7. Versículos famosos, conocidos.
‘Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía sino de poder, de amor y de dominio propio’. En realidad quisiera tener más tiempo de lo que tengo para desarrollar el pensamiento central que Dios ha puesto en mi corazón. De hecho que cuando estuve ahora en Puerto Rico predicando en una conferencia en el pueblo de Arecibo usé este mismo versículo en otro contexto para tratar con lo que Dios me dio para esa Congregación, el viernes en la noche.