Mi Dios es Príncipe de Paz
Faustino de Jesús Zamora Vargas¡Extienda su alfombra y dele paso al Príncipe! Él rompió los moldes existentes desde su llegada al mundo. Escogió un burrito en lugar de un corcel, una corona de espinas en vez de una real, su talante es sencillo, el vestido como el de un pastor. Habló con miles (en tres años), pero le siguen millones hasta la eternidad.
Su facha no era majestuosa (Is 53.2), pero su corazón ha cautivado al mundo. Es Emmanuel, el Príncipe de Paz, el ungido del Señor, el enviado a reparar los corazones heridos, el portador de la mejor noticia. No podemos verle, pero la evidencia de sus huellas es visible en el andar de su corte redimida. Desenrolla tu alfombra (tu vida) y permítele que pase. Su paz es un Shalom preciado. ¿La deseas tú?