Los dones deben usarse con un corazón pastoral
Dr. Roberto Miranda(Audio: Español)
RESUMEN:
En Primera de Corintios 14, el Apóstol Pablo habla sobre los diferentes dones del Espíritu Santo y su propósito dentro de la vida de una congregación. Él enfatiza la importancia de ser maduros en el modo de pensar y no ser niños en la conducta. Si todos hablan en lenguas al mismo tiempo, los indoctos o incrédulos pueden pensar que están locos, por lo que es importante que todo se haga para edificación. En la iglesia primitiva, los hermanos se reunían en casas y tenían una adoración más espontánea dirigida por el Espíritu Santo. Hoy en día, las reuniones de la iglesia son públicas y es importante que lo que se haga sea para la edificación de todos.
El uso de los dones del Espíritu Santo es importante en la iglesia y deben ser usados para edificar a los demás y promover el crecimiento espiritual. Sin embargo, es importante tener cuidado en cómo se usan los dones para evitar confusión, escándalo o incomodidad en la congregación. Es necesario tener un corazón pastoral y considerar a la persona a quien se le está ministrando o a los que están alrededor. También se debe juzgar la legitimidad de las profecías y asegurarse de que haya orden durante los momentos de ministración.
Los dones del Espíritu deben ser usados con un corazón pastoral, teniendo cuidado de no provocar conflictos, escándalos o confusiones en aquellos que no tienen experiencia en el uso de los dones. La iglesia debe ejercer disciplina y cautela para asegurarse de que el uso de los dones no provoque desazón en aquellos que son nuevos en la fe o de diferentes trasfondos culturales y educacionales. El amor es el principio imperativo que rige el uso de los dones, y a veces es necesario suprimir la libertad personal para mantener la armonía en el cuerpo de Jesucristo. El orden colectivo puede producir cierto grado de empobrecimiento, pero es necesario para el bien colectivo. Dios delega a los pastores la carga de mantener el orden y la disciplina en la iglesia, pero sabe que los pastores tienen limitaciones y debilidades.
En resumen, en cuanto a la manifestación de los dones del Espíritu Santo en la iglesia, es importante tener en cuenta el orden y la disciplina, especialmente durante los tiempos de adoración y ministración. Hay que tener cuidado con la naturaleza pública de lo que se está dando y establecer protocolos para que haya un balance adecuado entre la libertad y el control. También se debe ser respetuoso con las necesidades de las personas y ponerse a tono con ellas, sin imponer manos si no se conoce a la persona o si no es necesario. En general, se busca una iglesia madura, armoniosa y amorosa, donde los dones del Espíritu Santo puedan manifestarse en formas efectivas y poderosas.Quiero invitarlos a ir conmigo a Primera de Corintios en el capítulo 14, es un tema interesante que quiero tratar con ustedes. A la luz de nuestro deseo de ser una iglesia efectiva en alcanzar almas y retenerlas y ser una iglesia que cuando la gente entra y adora con nosotros se sienta acogida, se sienta bien, se sienta en armonía, se sienta que están en un lugar seguro, un lugar donde pueden experimentar la paz del Señor. Porque de nada nos sirve que la gente venga y no encuentre el espacio que necesita para sus necesidades, cuando vienen a veces afanados, tristes, ansiosos, cuando vienen confundidos, cuando vienen heridos de fuera, cuando vienen con alguna situación que les aqueja, es importante que estén en un lugar donde puedan encontrar ese descanso y esa armonía que están buscando del Señor.
Y por eso es tan importante. El evangelismo incluye no solamente traer a la gente a la iglesia, sino también ofrecerles ese ambiente seguro, ese ambiente de paz, ese ambiente donde puedan permanecer y estar a gusto. El Apóstol Pablo era no solamente un teólogo, escribió muchísimo pasajes de la escritura, dos terceras partes del Nuevo Testamento lo escribió él, pero también era un plantador de iglesias, era un evangelista, y era pastor también porque tenía un corazón pastoral y le escribió a los pastores y a las congregaciones que él ayudó a plantar, acerco de cómo debían conducirse, cómo debían regular su vida diaria, su vida cotidiana como congregaciones. Y escribió principios porque en esos tiempos no tenían lo que nosotros tenemos, esta escritura ya escrita, ya codificada, ya bien ordenada. No sabían cómo conducirse porque apenas estaba comenzando el crecimiento del Evangelio. Era el primer siglo y todavía todo estaba por establecerse.