Samuel Acevedo - Zacarías

(Audio: Español)

RESUMEN: El pasaje de Zacarías y Elizabeth nos enseña que incluso los justos pueden experimentar la esterilidad, tanto física como espiritual. En el tiempo bíblico, la esterilidad era una amenaza a la existencia de una pareja, ya que tener hijos garantizaba su seguridad financiera y su legado. Hoy en día, la esterilidad espiritual puede surgir cuando uno se conforma con la vida que tiene y deja morir sus sueños y ambiciones. Sin embargo, el Señor siempre se acuerda de las oraciones de sus siervos y está listo para realizar sus sueños más ambiciosos. Como Zacarías, debemos creer en las promesas del Señor y tener fe en que Él cumplirá lo que ha prometido.

El mensaje se centra en la promesa de Dios a Zacarías y a Elizabeth de tener un hijo, y cómo reaccionamos cuando recibimos promesas de Dios. El pastor enfatiza que la reacción de Zacarías es típica de las personas que reciben promesas de Dios, ya que a menudo dudamos y tememos que la promesa no se cumpla. Sin embargo, el pastor señala que la promesa de Dios es cierta y que deb

El sermón habla sobre cómo el Señor está formando un bebé dentro de nosotros a medida que crecemos en nuestra fe y nos acercamos a cumplir la visión que Dios tiene para nuestras vidas. Debemos evitar ambientes y actitudes peligrosas que puedan envenenar nuestra visión. Debemos regocijarnos en la fidelidad de Dios y confiar en que Él cumplirá sus promesas en nuestras vidas. El sermón está disponible en línea para escuchar y ver.

Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías. Su mujer era de las hijas de Aaron y se llamaba Elizabeth. Ambos eran justos el ángel de Dios y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor, pero no tenían hijos, porque Elizabeth era estéril y ambos eran ya de edad avanzada.

Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según el orden de su clase, conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó en suerte ofrecer el incienso entrando en el santuario del Señor, y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso. Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso. Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor, pero el ángel le dijo ‘Zacarías, no temas, porque tu oración ha sido oída y tu mujer, Elizabeth, te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre, Juan. Y Zacarías tendrás gozo y alegría y muchos se regocijarán de su nacimiento porque será grande delante de Dios. No beberá vino, ni sidra y será lleno del espíritu santo aún desde el vientre de su madre.