Gozosos en la esperanza - sufridos en la tribulación (Romanos 12:11) Parte 7

(Audio: Español)

RESUMEN: El versículo 9 de Romanos 12 nos enseña a amarnos los unos a los otros con cariño y afecto, a darse preferencia y ser diligentes en lo que requiere esfuerzo. También debemos ser fogosos en el espíritu y servir al Señor en toda oportunidad. El versículo 12 nos llama a ser gozosos en la esperanza y sufridos en la tribulación. La raíz del gozo del creyente es la esperanza en la segunda venida de Jesucristo. Cuando tenemos el amor de Dios en nuestro corazón, creemos que todo es posible y somos personas esperanzadas. Debemos reprender la desesperación y el pesimismo y animarnos mutuamente con la esperanza en Cristo.

El creyente debe tener esperanza y ver lo bueno en las situaciones difíciles. El Apóstol Pablo era un hombre de esperanza, a pesar de las dificultades que enfrentó. El creyente siempre tiene opciones y posibilidades de salir adelante. La perspectiva que adoptamos en los problemas de la vida es importante. Debemos resistir y ser firmes en la tribulación, no ser sufridos o resignados. La postura del creyente es de guerra y resistencia, y debemos fortalecernos continuamente en el Señor. La armadura de Dios nos ayuda a estar firmes contra las asechanzas del diablo.

En este sermón, el predicador habla sobre la importancia de mantenerse fuerte y fortalecido en el Señor ante las pruebas y tribulaciones de la vida. Se enfoca en la paciencia y la firmeza en el Señor, incluso cuando todo parece ir mal. Utiliza ejemplos bíblicos de Job y los profetas para mostrar cómo han superado la adversidad con paciencia y fe. También enfatiza la importancia de elegir la alegría y la esperanza en lugar de la depresión y la desesperación. Termina orando para que Dios bendiga a sus oyentes y les dé la fuerza y ​​la esperanza para superar cualquier dificultad que puedan enfrentar.

Hemos estado poco a poco desmenuzando este texto bíblico que ha resultado extremadamente rico para nuestra edificación. Vamos al versículo 9 y de ahí entonces seguiremos. Déjenme hacer una palabra breve de oración para otra vez recoger la mente y enfocarla en lo que Dios tiene para nosotros en esta mañana.

Padre, ahora centra nuestro espíritu en tu palabra y quita toda distracción de nuestra mente y de nuestras emociones. Es bello poder meditar sobre tu enseñanza. Queremos hacerlo con un corazón entendido, Padre, con una mente iluminada por ti dándote siempre a ti la gloria y la honra y sabiendo que no es palabra neutral la que procesamos sino es la vida misma de Dios manifestada por medio de su revelación y así la recibimos con corazones abiertos, humildes, sencillos, sujetos a tu verdad. Guiamos Señor y céntranos en ti ahora y danos reposo para poder estar en el espíritu al escuchar tu enseñanza. En el nombre de Jesús. Amen.